jueves, 20 de diciembre de 2012

Pelear o morir


No era un super-héroe, la motivación de sus acciones no era la justicia, ni la moral. Simplemente quería golpear y ser golpeado, atacar y ser atacado, pegar y ser pegado, sacar sangre y que le saquen sangre. Quería un desahogo, necesitaba una excusa para liberar su energía atrapada desde varios meses atrás. Quería eso, quería ver herida y carne viva expuesta. Quería revancha. Estaba al límite de la razón.

Salía de su departamento cuando empezaba a oscurecer. Su departamento celeste que cuidadosamente acomodó por semanas como un calco de su casa antigua. Salía y se perdía de inmediato. Solamente llevaba consigo cinco monedas de un sol, su celular más viejo con el número más fácil de aprender, su DNI, su carnet del seguro de salud y una máscara roja en el bolsillo trasero. Vestía siempre un jean celeste pegado y viejo, zapatillas para correr plomas con pasadores rojos, y una camisa oscura con un polo blanco siempre limpio por encima de sus peculiares cadenas.

No era un super-héroe, pero caminaba super-rápido. Iba por las avenidas menos transitadas acompañado de la oscuridad y miraba a todos lados como un vigilante. Cuando veía un borracho o una pandilla haciendo algún desorden sabía que no debía dejar pasar la oportunidad de golpear, de envestir, de sentir el placer de ocasionar moretones. Es un hecho que en más de la mitad de las ocasiones él salía muy mal parado, pero eso poco o nada le importaba. Esa era la única razón por la que siempre llevaba su carnet del seguro junto a su DNI y también la explicación de porqué en una de sus cadenas tenía un dije de acero quirúrgico donde estaban grabadas cada una de sus alergias (siete químicos diferentes en total). La sed de acción no le quitaba ni por un segundo su esencia de precaución.

Habían pasado casi tres meses desde que empezó a hacerlo y ya tenía cuatro cicatrices en la frente, seis puntos en la ceja izquierda, un pómulo hinchado hacía dos semanas, cortes en el brazo y moretones en las rodillas. A pesar de todo, terco como él mismo, seguía saliendo. Seguía porfiado como una mula en busca de peligro, de aventura, del goce de una buena pelea y un buen desahogo. No había nadie que le diga que se detenga. Simplemente abría la puerta, salía, saludaba al vigilante de turno, entraba a alguna calle con poca luz, se ponía la máscara y empezaba su solitario patrullaje.

Hubo una ocasión en la que caminaba por el centro de la ciudad, en medio de la pista pues la hora lo permitía y se percató de un grupo de dos jóvenes con una señora siendo asaltadas por tres delincuentes probablemente drogados. Sólo uno de ellos llevaba cuchillo así que no lo pensó dos veces y a pesar del dolor de sus rodillas fue corriendo hacia los inadaptados para golpearlos sin preguntar. Estaba tan furioso que al primero lo dejó en el piso sangrando con un solo golpe directo a la nariz. Ni siquiera se detuvo a mirarlo, le pateó la entrepierna al mismo tiempo que otro trató de tumbarlo al piso. Con una agilidad como si tuviera cinco años menos lo esquivó y le dio una patada que no causo gran mella en el sujeto.

Eran dos contra uno, el tercero había quedado inconsciente pero respirando a un costado de la pista. Sin embargo, no era la primera vez que se encontraba en esa situación. Ni siquiera era la primera vez que estaba en la mira de un arma punzo-cortante. Pero sí era la primera vez en que las víctimas se quedaban en la escena sin salir corriendo asustadas. No podía permitir que la cordura lo invada, necesitaba esa energía extra que brinda la adrenalina para salir de la situación sin la necesidad de emplear su carnet del seguro como en tantas ocasiones pasadas.

Hizo lo más absurdo, se tomó el bolsillo izquierdo de la parte de atrás de su jean con la seguridad de un bandido, de un perro, de un zorro, de una mordaz ave de rapiña. Miraba fijamente y avanzaba despacio, como si tuviera detrás un sable samurái  o la guadaña de la muerte misma.

Quizás la hora, quizás la seguridad de su mirada debajo de la máscara roja o quizás nunca se sepa, pero lo que ocurrió luego fue que ambos delincuentes lo pensaron dos veces antes de acercársele. En realidad sólo lo miraban y él a ellos, a los ojos, con una sonrisa de desquiciado, de seguridad, los ojos demasiado abiertos para ser un ser humano que no había consumido sustancias tóxicas, sin parpadear, sin una gota de lágrima que se forme. Miraba fijo a los dos miserables y a sus pares de ojos, avanzando despacio hasta estar a menos de un metro de distancia.

Abrió la boca con los dientes apretados sin parpadear,  y en el instante que tensó el brazo que tenía detrás como haciendo el ademán de desenvainar el arma de aire, la ficción de espada, la guadaña imaginaria. Ambos delincuentes dieron un salto hacia un costado y se fueron caminando rápido volteando el rostro de vez en cuando. Él gritaba improperios, palabras que sólo había oído en las calles de su antigua casa, donde se juntaban los narcos a diseñar sus planes, donde se peleaban las pandillas de las 5 esquinas. Donde aprendió a pelear, de donde no sentía ni un micro-gramo de vergüenza. Gritaba con un furor tan sobrenatural como si su corazón estuviera incendiándose dentro de él.

No alcanzó a oír las palabras de la señora, sonaban como de agradecimiento, ni los detalles del llanto de una de las jóvenes, la más escandalosa. Sin embargo, sí se dio el tiempo y no pudo evitar notar la mirada de la que parecía menor en el grupo de las tres, de la que no tenía ojeras, de la de los cabellos lacios que se ondulaban tímidamente con el viento cálido y húmedo de la noche. Las palabras exactas de la joven fueron: “Yo te conozco” con una leve sonrisa que trataba sin éxito de ocultar.

Casi al instante y como si despertara súbitamente de una pesadilla, reconoció la voz. La miró con ayuda del faro de la madrugada y de la Luna fisgona que era casi su única aliada por las noches. Luego de juntar un poco los ojos, comprendió de quién se trataba y con un gesto de sorpresa se le evaporó toda la adrenalina. Despertó, volvió en sí, reaccionó, pero no se quitó la máscara. Simplemente le dijo:
-Cuando la situación se torna difícil solo tienes dos opciones: pelear o morir. Llevo 7 meses viviendo la misma situación difícil y como puedes observar, niña, sigo vivo… aunque no esté a tu lado.

Esa no fue la última vez que se vieron, pero sí la última noche en que él uso esa máscara burlona.




Very much

Tienes que admitir
que te hice bailar con mi voz más grave
encima mío en un segundo plano
cantabas y bailabas como flor que se niega a decaer por el otoño.

Tu vestido y los colores naranja

transparente bajo la luz artificial que nos hacía compañía
y yo seguía cantando para que no te detengas.

Tienes que admitir

que te hice levantar de la alfombra con mi voz ronca
parada arriba mío en cuatro dimensiones
repetías mis palabras y te movías como la segunda fase de una hipnosis.

Tu vestido claro y la proyección de sombras

transparente bajo la luz artificial que nos hacía compañía
y te seguías moviendo para que no me detenga.

-"Flowers are the things we grow
Secrets are the things we know"




JUGAR A MATAR [1]



Por más irónico que suene, era este objeto en particular lo único en el mundo que lo mantenía con ganas de seguir viviendo cada día. Pues todos los días religiosamente lo buscaba encima del mostrador y pensaba que tal vez ese día en la tarde, cuando la oscuridad empezara a cubrir la ciudad, ella volvería para reclamarlo y terminar de una vez por todas lo que empezó: JUGAR A MATAR.

"Porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando.."

Aquí está.. intacto.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Trabalenguas [Borrador]

Creo que me quieres
y no te das cuenta
o quizás yo no me doy cuenta
que no te atreves a contarme que ya no me quieres.

Quiero que me creas
y que te des cuenta que aún te quiero
no le cuento a nadie lo que te cuesta creerme
y es que caigo en cuenta que no cuento con tu querer.

Creo que te quiero
y no me doy cuenta
o quizás sí me doy cuenta
pues me atrevo a contar de memoria tus lunares en las tardes.

Quiero que vengas a visitarme alguna noche
quedarte conmigo sin contar las horas
caer o creer en el "te quiero" de una caricia
quiero que vengas a visitarme esta noche contando y creyendo en mi querer.



Jor.

Decidió buscarla.
Condujo hasta su universidad y luego de dar unas vueltas pudo divisarla a lo lejos con él. La vio feliz, entonces se alegró de su felicidad y se fue manejando a 50 rumbo a casa.
Mentira.
Decidió investigarlo a fondo, a profundidad, a cabalidad. Con una obsesión tan desquiciada que sólo había experimentado una vez varios años mientras leía Sherlock Holmes junto con ella en el mini-jardín de su departamento.
Fue directo a la fuente, al muchacho que parecía sincero. Buscó su presente, el pasado ya pasó. Investigó donde hacía sus compras, cuantos minutos se demoraba en el baño, su equipo de fútbol, las mujeres con las que tenía más confianza, con quienes gastaba horas de su tiempo, sus salidas nocturnas mientras ella dormía luego de las buenas noches de su mamá.
Barrió su vida actual con una precisión comparable sólo a la de un espía ruso. Tenía la certeza de que algo iba a encontrar y así ocurrió.
Terrible para él fue darse cuenta de que ella también lo sabía. Estaba enterada, pero lo aceptaba.
Entonces decidió buscarla.
Condujo hasta su universidad y luego de dar unas vueltas pudo divisarla a lo lejos con él. La vio feliz. Engañada, pero feliz.



sábado, 15 de diciembre de 2012

Bajo el sol

Bajo el sol recorro la orilla y me voy agotando sin notarlo
Son dos o tres horas recorriendo toda la costa azul con amarillo
Niñas que se tropiezan con mis pasos
Zapatos que piso y pateo con el propósito de que no se me crucen nunca más
Y la mirada de señoras que poco me interesan me agobia
Entorpecen mi andar
Distrae mi mirada y mi objetivo

Sé que no estás ni a mil kilómetros de mi andar
Pero eres tú
Tú en oposición al sol
Mi polo celeste comienza a incinerarse bajo el sol
Siento los rayos atravesando mi piel luchando contra la nada de bloqueador en mi rostro
Paciencia
Cansancio dolor
Arde todo pero nunca tanto como tu ausencia
Veo el mar pero sigo mi camino no escrito ni planeado
Nadie me conoce no conozco a nadie
Joven sirena me pide una foto
Simpatía pero le falta algo
A todas les falta algo
Me he vuelto tan exigente como el número de huellas que he dejado atrás mío desde que empecé este camino zigzagueante en la mañana
Gracias me dice con una sonrisa
Parco yo
Le falta algo importante
A todas les falta algo
Y sigo el rumbo
Desacelerando en las colinas
Las piernas me duelen
Mis delgados brazos empiezan a quejarse
Sed de sed
Ganas de tu mirada de témpano de hielo
Y todavía sigo pensando que le falta algo importante
A todas les falta algo muy importante
Ninguna son tú.


viernes, 14 de diciembre de 2012

Me debes un helado

Caminaba o corría.
Nos tropezamos.
-Te conozco de ayer.
-Te conozco de otra vida.
-Me debes un pantalón.
-Me debes un helado.



Todo

Le pregunté que le gustaba.
Me respondió en tono irónico que le gustaba todo.
Desde aquel día sigo envolviendo el universo en papel canción para un día entregárselo por la tarde.



Transformación

Paralizada y con los ojos no tan abiertos para que no notara su nerviosismo se llenaba la cabeza de ideas sobre como responder a su pregunta con la verdad y al mismo tiempo evitar ser vista como una zorra.

Con cada uno de los segundos que demoraba en emitir una respuesta fresca y sincera su delicada piel se iba cubriendo de vellos pardos poco a poco, sus dientes se iban afilando y su pequeña boquita se alargaba lentamente de forma puntiaguda con finos bigotes claros muy cerca de su nariz ya oscura.

Finalmente, se podía apreciar una frondosa cola que adornaba inquieta el final de sus cuatro delgadas patas. Habían pasado 2 eternos minutos sin una respuesta. Comprendió entonces que el silencio ya le había ganado y en ese mismo silencio emprendió una inexplicable retirada.



martes, 4 de diciembre de 2012

Tengo ganas

Tengo ganas de escribir, pero no tengo papel
Escribiré en tu piel.
-Ahhh ¿Por qué nunca lo hice cuando pude.. cuando estabas a mi lado?
Lapicero azul y mis dedos de mantequilla resbalando por tus muslos y rodillas.
Tengo ganas de escribir, pero no tengo papel
Escribiré a tus pies.
- Ahhh, y ¿Por qué nunca te obsequié mis poemas.. los que escribí para ti?
Cenicero maltrecho roto en el pasadizo, humo que se aleja de mi cuerpo de erizo.
Tengo ganas de pintar, pero no tengo lienzo
Usaré tu vientre tan tibio.. olor a flores e incienso.



domingo, 2 de diciembre de 2012

Grafos


Es hora de sacar toda mi creatividad y colocarla en la punta de mis dedos
hasta quedarme vacío y frío
caminar con las manos
de cabeza
abrir mi mente
expandirme y explotar en tu rostro.
Visitarte o esquivarte no es una decisión que se deba tomar consciente
saco -pues- este vino amargo hecho en Chile y luego de un bistec
bebo
humedezco mis ideas
las remojo en tus abismos
hasta perderme entre tus fotos vivas.
Es hora de sacar mi creatividad
toda ella
y sorprenderte en la puerta de donde te encuentres.
Me conoces más que nadie, pero no llegas ni a la mitad
calamidad
grafos y graffitis
películas que se queman
quemaduras que se entrañan
se fusionan con tu nombre y tu sonrisa.
- ¿Una foto mademoiselle?
- ¿Una foto pitonisa?



jueves, 29 de noviembre de 2012

Ven


Ven ventana del ayer
y refléjame lluvias pasajeras.
Ven y veme como voy alejándome con recelo.

Anoche fue todo gris
y hoy el sol ya sale, pero no me consuela,
no hay consuelo sin su piel, sin su querer.

Ven ventana del ayer
que atestiguaste escenas perversas
muéstrame todo lo que no me atreví a preguntar,
lo que no se atrevió a contestarme
y regálame la posibilidad de verla con mis propios ojos.

La voy olvidando, y se va enraizando en mi coraza.
Quiero recordarla linda, quiero tenerla cerca
como ayer, antes de ayer cuando no salpicaban gotas en su ser.

Ven ventana del ayer y llévame junto a su cama
donde ya no queda nada mío, donde muchas veces fuimos uno
pero no bastó para que no se alejara.

Ven ventana del ayer y aparta de mi las pesadillas de su ausencia.
Ven pues ya no hay lugar para venganzas
ven y no temas reflejar en mi pecho sus sonrisas.

Ven ventana del ayer con su sonrisa de sol, su sonrisa de niña,
la sonrisa que alumbra hasta el más tenue atardecer.



- Sin fecha

martes, 27 de noviembre de 2012

200x

Si de mi dependiera, estaría esta noche saliendo de tu cuarto
Si de mi dependiera, estaría esta noche saliendo de tu ropa de chica buena
Si de mi dependiera, estaría esta noche jugando con tu hamster
Si de mi dependiera, estaría esta noche erizando tus brazos con mis dedos
Si de mi dependiera, estaría esta noche hipnotizándote con mis artilugios
Si de mi dependiera, estaría esta noche viendo en tu televisor cualquier película de tu colección
Si de mi dependiera, hoy estaríamos todavía en otra ciudad con calor-frío y sillar
Pero de mi no depende y estoy esta noche saliendo de tu vida.



viernes, 16 de noviembre de 2012

Fósforos, intercomunicador, mortero

*Escritos en 5 minutos [5]

Tomó un mortero del cuarto de su tío el pintor, el loco, el obsceno  el que se parecía a él pero con más trajín, más sabiduría y más horas frente al televisor luego de perder dos dedos de su mano derecha por pelearse con tres tipos ebrios que querían propasarse con su novia. Noche terrible para la familia Mena.


No lo lavó, no tenía tiempo. Juntó piedritas de la casa de Rafaela. Buscó arena, sal, salitre, carbón y otros ingredientes muy ricos en temporadas de hambruna. Su vida siempre fue un experimento y hoy estaba haciendo pólvora. -"Hoy todos volarán encima mío"- pensaba y reía mientras tarareaba su canción favorita de Los Doltons.

-"Buenos días vecina, hoy está más linda que nunca. No se preocupe, mañana le devuelvo las piedritas de su macetero".

Acabó rápidamente sin contratiempos. Vivir solo también tiene sus ventajas. Cuando algo le obsesiona no lo suelta. Es como un perro hambriento y no suelta su hueso ni para perseguir al automóvil más "ficho" de Pueblo Libre. Todo listo. Un cohete tamaño personal hecho con sus propias manos. Lo suficientemente bien armado como para hacer volar la habitación de una Barbie.

Cogió la única cajita de fósforos que quedaba en su cocina, una casaca de cuero abandonada por dos semanas en su sofá y salió a la calle con todo en sus bolsillos. Vivir solo también tiene desventajas. Luego de 15 minutos caminando en dirección de la luna menguante llegó al edificio exacto, el blanquito. Fue hasta el intercomunicador, preguntó por Andrea y le dijo: "Tengo un cohete en el pantalón y vas a estar muy fría si no bajas con mi corazón". Otro bonito y risueño fin de semana que iniciaba para esta peculiar y joven pareja.



jueves, 8 de noviembre de 2012

Quelque chose


Ya se acaba el mundo, nuestro mundo
Llega diciembre con violento y cruel color verde moho
Viene el mañana y se acaba el mundo te lo dije hace unos días
Terminamos de bailar uno encima del otro y te lo advertí
Ya se acaba el mundo, nuestro mundo
Rinocerontes vuelan, chocan y estallan en el cuarto, nuestro refugio
Trompetas, ritmos del pasado letras que ahora carecen de sentido
Y te atreves todavía a querer sorprenderme con otra mentira roja
Violetas y azules entran por la ventana
Placeres y gemidos se escapa por la puerta
Ya se acaba el mundo, nuestro mundo
Lo predijeron los mayas, te lo asegura mi mirada
Ya no estás más, te alejas flotando lento, despacio
Ya se acaba el mundo, mujer, se acaba nuestro mundo.



jueves, 1 de noviembre de 2012

¿Qué haces aquí?

-¿Qué haces aquí?
-Me gusta este tipo de música.
-¿Qué haces aquí?
-Ya te lo dije, me gusta este tipo de música.
-¿Qué haces aquí?
-En serio, también es porque siempre me pareció intrigante esta cultura. Sus sonidos, sus ideas, su forma de ver las cosas.
-¿Qué haces aquí?
-Además, era gratis y tenía tiempo libre.
-¿Qué haces aquí?
-ME GUSTA ESTE TIPO DE MÚSICA!
-¿Qué haces aquí?
-Esta música es relajante, necesitaba estar sereno.
-¿Qué haces aquí?
-La música.
-¿Qué haces aquí?
-Está bien.. creí que aquí la encontraría.



domingo, 21 de octubre de 2012

Anticucho, lentes 3D, mate

*Escritos en 5 minutos [4]

Emilio por primera vez en su vida tomaba la iniciativa. Era necesario, la chica le encantaba, le fascinaba. Nunca había sentido tan fuerte ni siquiera por sus perros, ni siquiera por su abuelo que lo criaba desde que sus padres fallecieron cuando Él tenía 5 años.


Tenía todo planeado, la llevaría a barranco, le hablaría reseñas interesantes que había repasado con ayuda de internet. Caminarían por el puente de los suspiros sin respirar. Él pediría un deseo y la tomaría de la mano alegando que ese era su único deseo. Caminarían por el malecón, le contaría un par de chistes infalibles y luego a una anticuchería.


Mate para bajar la porción de anticuchos, risas, un traguito para que todo sea más ameno. No en exceso, no quería que ella crea que trataba de embriagarla. Quería que la noche salga perfecta que quienes los miraran creyeran que estaban en un cine con sus lentes 3D viendo alguna comedia romántica.


La noche llegó, pero ella no.




lunes, 24 de septiembre de 2012

Cerveza, tatuaje, microondas

*Escritos en 5 minutos [3]

Los tiempos habían cambiado. Ahora Edilton no caminaba sólo por la ciudad. Ahora tenía trabajo -al menos ahora tenía eso- lo cual le daba los recursos necesarios para caminar acompañado. Dos amigos suyos lo seguían en sus largos paseos por avenidas y parques poco transitados. A veces peligrosos, a veces aburridos, a veces acontecidos. Una lata de cerveza muy bien camuflada siempre lo seguía ansiosa de ser considerada en medio de una reflexión y por otro lado un celular -su última adquisición- con la suficiente capacidad para albergar canciones para 3 horas de laberintos.

A simple vista era feliz, despreocupado, no tenía nada que perder. Caminaba y se dejaba sonreír por las niñas que salían a pasear a sus mascotas. A alguna que otra le hacía un juego de miradas. No siempre recibía respuestas positivas, pero era feliz. No le debía nada a nadie, ya no. Era un ser libre.

Caminaba despacio, calmado, nadie lo seguía, nadie lo acosaba. Pensaba que así debió haber transcurrido todo el tiempo que pasó, y lamentaba no haber podido tener antes momentos a solas como este. Caminaba hacia ningún lado, nadie lo esperaba. Eran él y sus 2 amigos, la cerveza y la música. No importaba si la chica del tatuaje en la cintura lo buscaba para pedirle cuentas y razones, caricias y vapores. No importaba que la otra niña que lo calentaba hasta la ebullición cual horno microondas aparecía corriendo para abrazarlo con todo su cuerpo gritándole que lo amaba. No importaba nada.. ya las había perdido a todas.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

Despierta

Dormida me visitas, no lo niegues
Despierta lo niegas, no me visitas
Despierta vives con él
Despierta, vives con él.



domingo, 26 de agosto de 2012

Trompo, lentes de sol, pistola

*Escritos en 5 minutos [2]

Se encontraba en pleno baile, en la playa, en una de esas discotecas que abre en las tardes de verano. Rodeado de gente muy joven para él -al menos eso pensaba-. Las personas se movían al ritmo de los 3 DJ's y el tiempo pasaba sin piedad el sol no hacía mella pues el local era cerrado.

Él se encontraba ahí por compromiso, se sentía súper-solo en un mundo que no era el suyo. "Como no traje la pistola de mi viejo" pensaba jugueteando como él solo sabía hacerlo con su propia mente. Vestía un short a lo Charlie Sheen en esa serie conocida, un polo cualquiera que estaba recién lavado y unos lentes de sol que guardaba en sus cajones hacía unos 5 años.

A pesar de que se sentía completamente solo había ido acompañado, 3 hermosas chicas que eran amigas suyas lo rodeaban y se contorneaban con él. Él en su mundo, mirando al frente queriendo escapar. Olvidándose que a su costado habían 3 pequeños trompos regalándole lo que -quizás- otros muchachos ahí presentes envidiaban.

Bien dicen que uno no aprecia lo que tiene cerca, bien dicen que uno no se conforma con lo que ya posee. El joven -cansado- tomó aire se fue a mojar la cara, cogió las llaves de su auto y salió por la enorme puerta escapando de lo que no quería más. Se sentó en el asiento del conductor -su asiento- tomó un libro de cuentos de emergencia que empezó a leer mientras se desvanecía lentamente junto a su auto sin que absolutamente nadie se diera cuenta. Nunca más fue visto en el sur hasta el siguiente verano.



viernes, 24 de agosto de 2012

Escoba, militar, reloj

*Escritos en 5 minutos [1]

Me encontraba en el colegio militar y sentía la risa, la burla, la sorna de todos. Yo sosteniendo la escoba bajo el sol desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde. La sostenía en posición de gladiador triunfante, pero no era ningún triunfo este castigo.

Lo peor es que nadie me decía la hora, y yo no podía ver mi reloj, no podía bajar los brazos, tenía que sostener con hidalguía la escoba. Si bajaba por un instante los brazos ya sabía que me esperaba, el coronel haría una señal y me privarían de almuerzo y cena. Peor aún, ese fin de semana -mi tan esperado fin de semana de libertad- no podría salir a la ciudad a perderme con mis viejos amigos. No podría ver a Fernanda, la chica con la que llevaba más de 2 meses en planes serios (como con las otras 14 mujeres anteriores a ella).

Era una tortura, mis brazos estaban tiesos, no había forma de saber la hora, excepto por mi propio ingenio.. ver mi sombra. Podía distinguir las 12 del mediodía cuando mi sombra estaba extinta. Necesitaba saber el tiempo para que mi cerebro no se funda con el sol, mantenerlo despierto. Necesitaba saber que faltaba poco para que acabe mi castigo.

Cuando visualicé mi medio día empecé a contar. Cálculos y más cálculos, llegaba hasta 60, 120, 6 mil y por fin conté mis 8 horas de castigo, abrí los ojos. Me encontraba en el hospital.. sin Fernanda.



miércoles, 15 de agosto de 2012

Polizón

Llego y apenas entro te busco
Observo las imágenes en movimiento
Siluetas
Faldas cortas
Cinturas delgadas
Pieles claras
Te busco
Entonces veo una piel suave y tersa como la tuya
Pienso si serás tú
y me paralizo y busco la salida como un hamster miedoso
La puerta de escape
El botón de retroceso
La catapulta hacia otras caderas
La poción que me borre la memoria
Tequila ron uvachado y sangre de vampira
Miro de reojo nuevamente y no se trataba de ti
Suspiro en silencio
No quiero que nadie se dé cuenta de lo que parece imposible
De lo que nadie creería
De la única verdad
Que sigues presente
Sigues carcomiendo mis ideas que eran cristalinas y ahora
son turbias
Sigues ensuciando mis recuerdos
Sigues endulzando mi dura piel
Sigues martirizando mi memoria
No quiero aceptarlo pero es cierto
Nunca te fuiste totalmente
Aún quedan mis traumas y mis dolores
Mi amor secreto hacia tus brackets
Mi fascinación por tus hendiduras
Mi rabia por tus torpezas
Bestialidades dignas de animales
No me voy del lugar soy muy orgulloso
Sigo adentrándome y contagiándome del ritmo
De los olores a polvo a guanábana a feromonas
Me muevo me embisten
Mírame me quito el antifaz en medio del salón
Destruyo un par de moralidades moradas con sabor a mora o a Mara
Busco un crucifijo me protejen desde el cielo que empieza a encenderse nuevamente
Termina la jornada
Se cierran los telones
Le devuelvo el collet a la chica de rojo
No busco nada más a mi me gustan las chicas de celeste
Que no existen
Que no hay muchas
Que se disfrazan de verde
Me voy quedando dormido
En un cuarto conocido
En una ciudad vacía
Apareces como un holograma
Te maldigo y te doy un beso
Te acaricio y te muerdo
La fantasma desaparece
Pienso y digo en voz muy baja
"No te quiero y sin embargo
Te querré cuando tenga que quererte
Por ahora sólo somos huesos carne y sangre
No lo olvides
Ya no somos unos niños somos unos jovencitos que murieron
Dos décadas atrás.."


miércoles, 1 de agosto de 2012

Salida (Exit)

[borrador v_1.0]

Te buscaría en mi corcel
Mi corcel verde
Con ruedas y espadas
Te regalaría algo pequeño que muerda
Que ladre
Que vuele
Que te confunda
Que te haga pensar un poco en mi
Que lo veas y digas "Que lindo es el joven Gamiel"
Te hablaría de nosotros de antes y de ahora
Te contaría cosas que no te había contado
Sobre nuestros trucos de magia
Nuestras desapariciones
Nuestras canciones
Tu voz que me gusta a pesar de que no creas
Sobre como me afecta cada vez que no sé nada de ti
Sobre como me alegra cuando creo que eres feliz
Sobre algún secreto que tengo en mi mente contigo
Te diría que me gustas desde el año dos mil dieciseis
Desde que te hablé
Desde que te conté que una duende se sentó en mi corazón
Desde que te hice reir
Desde que el profesor me vio mirarte y nos sentó juntos
Te diría que te quiero de una manera inexplicable
Que sufrí con tu sufrimiento
Que me alegré con tu felicidad
Aunque haya sido lejos de mi
Que siento que mereces sonreir a diario
Que me encantas
Que eres linda bonita sencilla intrépida
Divertida sonriente decidida inteligente
Bella hermosa valiente arriesgada.. fascinante
Que eres muy distinta a mi y que me encanta
Que me gustaría que conozcas mi locura
Que me hagas una terapia
Que me recetes un poco de tus labios
Pero es difícil
A veces no siento la química
Como si yo fuera una persona más
Un planeta más de tu galaxia
Quizás Saturno
Y me gustaría ser tu Tierra o tu Marte
Inclusive tu Plutón para que descubras que no soy un planeta
Que podría ser tu satélite
Tu viento
Tu fortaleza
Tu soldado
Tu ingenio y tú mi galaxia mi universo mi unicornio mi Atlántida
Te buscaría en mi avión
Mi avión verde
Si supiera que me podrías corresponder
Pero a veces siento que no
Que sí
Pero no
O es que nunca me he topado con una chica como tú
Y no sé como desviar tu mirada para enrumbarla hacia la mía
No funciona mi magia
No funcionan mis ojos
No funciona mi sonrisa
No funciona mi palabra
No funcionan mis versos
Entonces me paro en la mesa para ver un poquito más allá
Y veo la noche y veo un problema
El problema es el final de la noche
Yo entre indecisiones
Entre tus labios y tu sonrisa
Atrapado sin saber si avanzar o retroceder
Pensando que quizás no entiendes mis intenciones
Que no estoy siendo claro
Que no encuentro las palabras perfectas para decirte lo que tienes que oir
Que me gustas más de lo que me gusta el fuego y la lluvia
Que me en encantas más de lo que me encantan los mejores cuentos de Maupassant
Que me fascinas desde hace 5 años cuando pude dirigirte mis canciones y me correspondiste por 1 segundo con tu mirada que me rebana en pedacitos fáciles de comer y digerir.


[borrador v_1.0]

jueves, 19 de julio de 2012

Anna

Te espero en silencio,
Y a veces maldigo tu cuerpo,
Tus garras, tus colmillos, tus alas de ángel caído.

Una vez cada 6 meses vuelves a llamarme,
Y me dices que ya no me odias,
Que ya te olvidaste de todo, que nunca sucederá nada como lo
que dejamos pasar.

Vives a mi lado,
Pero no intervienes en nada,
No eres para mí ya una prioridad, eres parte de todos, de la
multitud, nada especial.

Y solías ser la Luna,
Y solías regalarme el universo con cada latigazo de tus uñas
en mi espalda,
Con cada respiración fuerte, profunda, esquiva y temerosa de
alguna mujer mayor escuchando.

Te espero en silencio,
Y a veces te voy matando en mi mente, lento, suave, con
paciencia,
Te muerdo y te inyecto dolor como un áspid, te estrujo, te
mancillo, te asfixio con un último beso.



viernes, 15 de junio de 2012

Chaleco antibalas, atril, iguana


*Escritos en 5 minutos [5]

Sabía como hacerla feliz a pesar de todo lo que habían vivido, sabía exactamente como controlar su ira. Sabía sacarle el chaleco antibalas, besarla en la nuca y el cuello muy cerca de su orejita con el sexy lunar, desnudarla y amanecer sonrientes.


El problema siempre fue la monotonía, repetir la escena casi a diario. Ni siquiera con sus excentricidades podía ya sentir la novedad del día siguiente. Ni por haberse comprado una iguana de mascota, ni por tener una cama redonda para los dos. Ni por la piscina inflable con la que jugaban a estar en un hotel de 5 estrellas. Parecía que la creatividad y la sorpresa se había perdido para siempre.

Se paraba frente al atril ubicado al costado de la televisión a recitarle unos poemas que ya no la impresionaban, y sin embargo cuando los repetía de paporreta en cualquier evento social del club por lo menos tres féminas gatunas se le pegaban como abejas a la miel. Era curioso que a pesar de todo no se hubieran separado nunca.

Nunca supe como terminar este cuento y pienso que hubiera perdido si me tocaban estas palabras en la competencia. Sólo sé que antes de dormir los dos se miraban a los ojos y al mismo tiempo se decían con voz muy pícara: "Continuará..".



viernes, 8 de junio de 2012

De un sólo trazo

De haber sabido, niña mujer, que esta sería la última vez que te abrazaría.. no te hubiera soltado.
De haber sabido, niña mujer, que esta sería la primera y última copa de vino que beberíamos.. te hubiera retado a un último tercer sorbo.
De haber sabido, niña mujer, que esta sería la última vez que erizaría tus brazos.. no me hubiera detenido ante los pasos de terceros.
De haber sabido, niña mujer, que esta sería la última vez que tendría tus labios a 3 centímetros de los míos.. te hubiera arrancado un beso a la fuerza.
De haber sabido, niña mujer, que mis manos no volverían otra vez a sentir tu piel bajo el algodón que te cubre.. no me hubiera detenido.
Gracias por no olvidarme, gracias por el libro, gracias por la Inca Kola, gracias por haber existido alguna vez.


domingo, 6 de mayo de 2012

DEMASIADO BONITA (Ella y La Canción)

Impro:

"..hoy tengo por seguro que no eres chica ruda y que tiene tu garganta mi cura.
vas libre y ocupada sin pensar en nada, se termina tu gasolina.."

HEY! Como llamarte ALGÚN DÍA, si no contestas ni en tu cumpleaños =P




miércoles, 18 de abril de 2012

Cuentos ssdp* [2]

No lo había notado
Pero cada vez que la tengo cerca pierdo fuerzas
Llego a mi casa exhausto
Como si hubiera bailado toda la noche
Como si hubiésemos estado 25 horas sin salir de la misma cama
Como si hubiera jugado un partido de fútbol al medio día
Como si hubiera leido 20 libros de termodinámica
No lo había notado
Pero muero de ganas de probar su existencia
Uno de estos días empezaré a leer el libro que me prestastó hace 3 años
Uno de estos días veré la película que me prestó hace 2 años
Uno de estos días escucharé la canción que me envió hace 1 año
Uno de estos días publicaré nuestra fotografía
No lo había notado
Pero muero de ganas de probar su existencia
Probar cada rincón de su ser
Probar cada lugar que se eriza con mis dedos tibios
Cada zona que hierve con mi respiración cuando se acerca
Cada pedacito de su piel que incendia mis venas con sus ...

*Sin signos de puntuación.

jueves, 5 de abril de 2012

Cuentos ssdp* [1]

Tenía su frágil cuellito a mi disposición
mientras me abrazaba en un parque escondido
y se apoyaba en mi hombro más alejado
podía sentir la circulación de su sangre
la temperatura de un ser vivo débil
pero me sentí su protector o su guardián tal vez
no pude morderla como lobo que ha acorralado un conejito
su cabello me distrajo, desvió mi atención
sus bucles, su color castaño, su lunar, yo estaba paralizado
Tenía sus labios rojos muy cerca y a mi disposición
y el taxi avanzaba muy despacio cómplice de mis ojos antojadizos
la miraba sin disimular con frescura de brisa marina
pero no pude o no quise morder sus pétalos
todos sabíamos quién era la cazadora y quien era el preso
el taxista lo sabía su madre lo sabía
la señorita del grifo lo sabía mi Inca Kola lo sabía.
Tenía su piel de delicado duraznito a mi disposición
clara como el cuarto menguante que nos observaba
tibia como la noche de apariencia dulce como su recuerdo
no éramos pero parecíamos dos seres del mismo cuento
jugábamos a contar aviones y yo sentía que iba perdiendo
con cada paso perdía segundos que se me escapaban por sus poros
se escabullían por mis dedos por más que yo luchaba
con mis manos intentaba contener el tiempo en su piel
debí caerle en gracia al tiempo esa noche
pues aunque no me avisó se detuvo en un abrazo.
¿Sabes algo? Con ellos nada es coincidencia
murmuraban dos viejos árboles conocidos mientras las luces de su
casa se encendían.

*Sin signos de puntuación.