lunes, 24 de septiembre de 2012

Cerveza, tatuaje, microondas

*Escritos en 5 minutos [3]

Los tiempos habían cambiado. Ahora Edilton no caminaba sólo por la ciudad. Ahora tenía trabajo -al menos ahora tenía eso- lo cual le daba los recursos necesarios para caminar acompañado. Dos amigos suyos lo seguían en sus largos paseos por avenidas y parques poco transitados. A veces peligrosos, a veces aburridos, a veces acontecidos. Una lata de cerveza muy bien camuflada siempre lo seguía ansiosa de ser considerada en medio de una reflexión y por otro lado un celular -su última adquisición- con la suficiente capacidad para albergar canciones para 3 horas de laberintos.

A simple vista era feliz, despreocupado, no tenía nada que perder. Caminaba y se dejaba sonreír por las niñas que salían a pasear a sus mascotas. A alguna que otra le hacía un juego de miradas. No siempre recibía respuestas positivas, pero era feliz. No le debía nada a nadie, ya no. Era un ser libre.

Caminaba despacio, calmado, nadie lo seguía, nadie lo acosaba. Pensaba que así debió haber transcurrido todo el tiempo que pasó, y lamentaba no haber podido tener antes momentos a solas como este. Caminaba hacia ningún lado, nadie lo esperaba. Eran él y sus 2 amigos, la cerveza y la música. No importaba si la chica del tatuaje en la cintura lo buscaba para pedirle cuentas y razones, caricias y vapores. No importaba que la otra niña que lo calentaba hasta la ebullición cual horno microondas aparecía corriendo para abrazarlo con todo su cuerpo gritándole que lo amaba. No importaba nada.. ya las había perdido a todas.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

Despierta

Dormida me visitas, no lo niegues
Despierta lo niegas, no me visitas
Despierta vives con él
Despierta, vives con él.