viernes, 14 de diciembre de 2012

Transformación

Paralizada y con los ojos no tan abiertos para que no notara su nerviosismo se llenaba la cabeza de ideas sobre como responder a su pregunta con la verdad y al mismo tiempo evitar ser vista como una zorra.

Con cada uno de los segundos que demoraba en emitir una respuesta fresca y sincera su delicada piel se iba cubriendo de vellos pardos poco a poco, sus dientes se iban afilando y su pequeña boquita se alargaba lentamente de forma puntiaguda con finos bigotes claros muy cerca de su nariz ya oscura.

Finalmente, se podía apreciar una frondosa cola que adornaba inquieta el final de sus cuatro delgadas patas. Habían pasado 2 eternos minutos sin una respuesta. Comprendió entonces que el silencio ya le había ganado y en ese mismo silencio emprendió una inexplicable retirada.



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