martes, 1 de marzo de 2011

Martes de Marzo en el Mar de Marte (Cuento)

Represa conclusa, pero sin aprobación -aún-.

Nos gusta.
A ti y a mi nos gusta .. o quizás sólo a mi.
Nos gusta el camino difícil, la ruta alterna, la vía zigzagueante, la carretera antigua con precipicios inquietantes.
Hemos llegado a la pista de piedritas. Palmeras, palmas, sourires, soleil.
+"Un segundo! Quiero describirte!"
Risas, mientras me entregas tu pequenha maquinita de escribir, la de bolsillo.

Simples sensaciones de brisas y mar. Olor a libertad.
Observas mis gestos mientras miro tu rostro y agudizo mis sentidos para capturarte en un retrato de palabras con marco de adjetivos posesivos.
Tapas mis ojos y pretendes que siga escribiendo sin mirar.
"NoTeVeo,
PeroTeImaginoEnteraPielDeSedaMiradaSeria.
Sonries,PuedoSentirQueSonries.
NoEncuentroElBotónParaSepararPalabras,
PeroSiEncuentroElLugarExactoParaCambiarteLaMirada.
Sonries,PuedoSentirQueSonries..
"

Escapando lentamente de la realidad de la ciudad llegamos a la orilla, yo con zapatillas, tu con la sombrilla.
Mojados, pies mojados.
Sentados, parados, echados por encima de la arena y aplastando nuestras penas.
Visiones, el sol incrementa mis visiones. Veo todo y no hay nadie excepto tu.
Vuelvo a ver la miel en tu piel y me percato que observas a los delfines. Curiosos, oscuros, divertidos. Entramos al mar hasta alcanzarlos. Nadamos. Buceamos. Llegamos al islote.

Capitán, parezco un capitán de barco.
Navegante, no conocía mi lado extravagante.
-"Mira, le gustas a esa delfina!"
Delfina, la delfina, juega con mi pierna. Salta y se hunde. Aparece y se desvanece. Que increible habilidad.
Es hora de volver, se nos ha olvidado el protector de piel.
+"Adios, Delfina adios".
Palabra muy bien seleccionada, "Adios" se dice cuando no nos vamos a volver a ver.

Como matar una tarde así?
Los dos sabemos como. Con una escopeta de poeta. Una escopeta cargada de recuerdos raspados mal curados.
En ese momento aparece la fantasmagórica imagen de una imprudencia pasada. Aparece justo en medio de los dos y el sol se oculta para volver a salir con otro rostro.
Sensaciones extranhas de extranhar a quien no merece volver a caminar al ritmo de mi andar.
Un abrazo de comprensión y carinho. Una caricia en la mejilla. La tarde se palidece en el horizonte.
El día y la luz parecen huir.

Sin embargo, un beso furtivo a una hora adecuada lo cambia todo, lo inicia todo. La tarde revive e inmediatamente se sonroja ante la impactante escena. Hermoso ocaso mucho después de pasado el meridiano.



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