No existe algo peor que apresar palabras en la boca y guardarlas por el resto de nuestras vidas. No es saludable. Pero .. y si se tratan de ofensas? Que hacer si el alma exige justicia y busca con desesperación un desahogo mentando la verdad (la puta verdad) en la puerta de la persona culpable? En mi caso, simplemente (no es tan simple) espero a que el viento se lleve mis ideas a otra parte, lo cual a veces toma horas, días, o meses.
Entonces, es bueno salir a caminar. Llegar a un precipicio, imaginar que esa persona está ahí abajo y gritarle su amarga realidad en chino mandarín, francés, catalán, o simplemente en quechua (como si fuese sencillo ..). No es bueno decir los improperios en castellano si vas acompanhado. No vale la pena compartir amarguras, ni vale la amargura compartir penas. Es mejor compartir un helado, una gaseosita helada en latita, caramelitos morados, o alguna otra cosita dulce.
Luego de gritar y expulsar parte de tus males, si fuiste a caminar acompanhado, retornan risas como si fueran parte de un gran y bonito eco. Si fuiste a caminar solo, vienen los fantasmas que también conocen buenos chistes. Por lo tanto nunca faltarán las siempre bienvenidas risas. Recomiendo sentarse en el pasto tratando de no matar muchos insectos, sacar una armónica del bolsillo sin fondo y hacer melodías hasta quedarse dormido. Al despertar, si fuiste a caminar acompanhado, las risas continuarán hasta que la luna salga. Si fuiste solo y tu sonrisa es sincera, la música habrá alejado a los fantasmas, y habrá acercado a las musas con unas cuantas fieras. Finalmente, es bueno saber que si tus gritos fueron de justicia, tarde o temprano aquella persona (la causa del agoviante dolor) los oirá. La justicia existe, es una senhora anciana y demorona .. pero .. siempre-siempre aparece susurrando al oído culpable: T e v a a d o l e r i g u a l c o m o l e d o l i ó a a q u e l . .
*Cada letra es un link, cada suspiro es un recuerdo, cada día es una sonrisa y cada minuto es una nueva oportunidad.
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