Caminando por la ruta que recorren muchos por el día y pocos por la noche..
Caminando por una avenida con nombre de distancias comenzó a caer una impredecible lluvia en medio de una noche calida del primer verano de la nueva década.
Gotas gruesas y grandes, gotas que incomodaban a mis enormes pestanhas se precipitaban de manera implacable contra todo aquel sin un techo o sin un abrazo.
"Difícil caminar bajo una lluvia al azar" pensaba mientras luchaba por mantener mis ojos abiertos.
Era una simple lluvia y era una simple prueba de que la ciudad y yo no estamos compenetrados nunca más como ocurrió durante toda la década pasada.
Como se extranhan -poco- esos tiempos en los que yo agonizaba de tristeza y la ciudad lloraba pintada de un color gris humeante con lineas negras imperceptibles por la mayoría.
Como se extranhan esos tiempos en los que mi felicidad provocaba la salida del sol en medio del invierno húmedo.
Sin embargo, llegué a sentir que la lluvia significaba algo o mucho más de lo que alcanzaba a vislumbrar.
Tal véz manhana lo comprenda en mi nuevo salón, en una nueva escaramuza, en un nuevo día de playa, o quizás lo comprenda dentro de unos instantes .. al frente mío .. donde esa ninha de mirada pluvial observa con intriga y cautela mis pestanhas empapadas por esta lluvia de ideas que no se detendrá hasta que opte por la mejor forma de acercarme hasta ella para responder todas sus dudas, y oir por primera vez su nombre salir de sus labios que son duenhos de aquella mágica sonrisa.
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