A mi me gusta la aventura y el peligro con dulzura.
Sé que me entiendes hermosura, sé que esperas con ternura y con tu boquita cubierta de chocolate sublime.
Pequenha, piel de estrellas y sonrisa floreciente estamos en mitad de la corriente.
Yo lo empiezo y tu no me detienes, pero me miras como advirtiéndome que el vigilante te dijo que aquí no podemos hacerlo.
Te digo que el senhor ya no está, sólo se ven los ninhos del lugar que juegan sin notar que no escondemos por los automóviles y las paredes blancas de sillar.
Diamante, admite que también lo deseas bastante y que no te interesa ni un poquito que nos hayan dicho que aquí no podemos hacerlo.
Avanzo y no retrocedes, sigo la ruta que nadie conoce rumbo al sur cruzando tu cuello delgado de cisne y el letrero que me da la bienvenida y la velocidad límite.
No me detienes y tu bien sabes que la que calla - otorga y yo no traigo conmigo ni una sola intensión de frenar lo que acabamos de empezar así que por favor no me recuerdes que dicen que aquí no podemos hacerlo.
El vigía cuida el estacionamiento y los ninhos parecen un pelotón de fusilamiento. Si es cierto que aquí no podemos hacerlo los dos, entonces tendremos que ir por las escaleras.
Dicen que aquí no podemos hacerlo, pero si queremos lo hacemos. Nunca descarto un plan por lo que digan los demás y tu tampoco piensas quedarte con las ganas de acabar.
La idea no se va de mi cabeza y la fortuna nos ubica en una casa libre de asperesas. Si dicen que en esta ciudad no podemos hacerlo, habrá que demostrarles como se hacen las cosas .. coge una cámara, toma mi mano, engánchate a mis labios y disfrutemos de la libertad de que sólo una persona nos conozca.
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domo tu dices... perO ... dicen! =)
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