lunes, 20 de junio de 2011

El problema de la sangre perdida

La sangre se me escapa de la herida y corre maratónicamente hacia sus labios.

La sangre me abandona .. solamente mis lágrimas contenidas y congregadas en un bunker localizado a la mitad de mis ojos me defienden.

Pierdo vitalidad ante su presencia y ella jura que no quiere hacerme danho.

Me toca de casualidad (todos saben que es a drede), me aranha con carinho, cercena mi piel con ternura, furia y locura.. también con un poquito de sadismo, sonrie y finge que me quiere .. y quizás sea verdad .. que me quiere .. que me quiere cautivo.

Conozco muchas formas de perder borbotones de mi sangre, algunas son placenteras y otras son como esta .. cuya sensación no comprendo, pero me causa adicción .. mezcla de masoquismo y despotismo .. ella se aprovecha y yo lo permito.

Se muy bien como regresar, pero aún es temprano .. recién caen las 4 de la tarde, no hay nadie en casa .. y aún tengo sangre rogándome a gritos por sus labios y su piel de miel.

La sangre perdida no es un problema .. me agrada sentir lo que estoy sintiendo mientras ella descansa y yo sobre ella .. y sobre la sinceridad de su carmín.

Los tangos suenan imparables y el eco de mi voz se pierde entre sus cabellos de angel y frambuesa dulce .. dulce e inmortal .. ocultando lo inmoral de su mirada de teatro.

El problema de la sangre perdida no me permite dibujarla en color rojo, en color malva, con sus tonos nostálgicos y oscuros, con sus colmillos afilados y despiadados .. veo lo que ella quiere que vea, me ha hipnotizado y no la puedo dibujar ..

El problema de la sangre perdida es que manhana cuando despierte en mi cama (con fortuna y piernas duras) no tendré la certeza de si lo vivido fue real.

Directamente proporcional a la fuerza de la mordida, el problema de la sangre perdida ..

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