"Alicia, ... presiento que esta es la última vez que harás el intento de coincidir aquí conmigo, pero me gustaría que al menos una vez vinieras a buscarme .. de noche."
Hace un par de meses me negaba a cerrar este capítulo, pero hoy que ya no sé nada de ella -ni del supermercado, ni de la Inca Kola-, lo he cerrado en una caja fuerte, he tirado la llave al mar, y le he prohibido a mi cabecita llena de espinas recordar las coordenadas de su ubicación. Se pierde de esta forma una de las tres llaves de su corazón. Ella está a salvo y -quizás- yo también.
En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el
conocimiento. (A.E)
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