jueves, 13 de mayo de 2010

Alice I

Con A de amor -una palabra confusa y manoseada- escribo el inicio de tu nombre en este arbusto, y comienzo a sonreir y recordarte.
Recuerdo el día de otonho en que nos conocimos al tropezarnos.
Recuerdo el día siguiente cuando te visité con un ramo de esperanzas y una cajita morada de sonrisas.
Recuerdo la semana que vino cuando caminamos abrazados en busca del rojo sol dentro del bosque.

Con L de libertad -o falta de ella- dejo marcados en esta acera fresca todos los momentos fantásticos que vivimos lejos de nuestros hábitats.
Cuando vivimos a la orilla de ese lago y nadamos toda la tarde hasta que todo se hizo demasiado oscuro, incluso para ti.
Cuando vivimos en ese tronco hueco ubicado en el medio de dos ciudades y nos abrigábamos con nosotros mismos.
Cuando vivimos sin dejar de vernos y ninguno de los dos sabía donde *rayos* se encontraba.


Con I de ingenuidad -abundancia de ella- dejo plasmado en este pedacito de papel celeste que abandonaré en un lugar secreto, todos los besos que nos dimos e incluso los que no nos llegamos a dar.
Besos que nos dimos a escondidas en la puerta celeste de tu morada.
Besos lentos y muy largos que nos dábamos en cada una de nuestras despedidas a sabiendas de que 12 o 14 horas después nos volveríamos a unir como 2 piezas de rompecabezas que calzan a la perfección.
Besos ausentes que nos faltaron dar en cada una de nuestras inoportunas discusiones, besos que emergían de mi corazón y estallaban en mi boca sin poder ser entregados a tus labios ansiosos y temerosos.

Con C de coraje -rabia y furia- pinto esta pared abandonada por donde no pasa ni una sola alma en pena distinta a la mía y hago memoria por todos los otros torpes tropiezos que tuvimos luego de conocernos.
Conservo en mi recuerdo tus silencios infinitos, tu falta de habla, tu parca mirada a la hora de intentar transmitirme lo que sentías cuando dejabas de quererme.

Conservo también las veces que no permití que me hipnotizaras con tu mirada.
Conservo tus palabras duras y mis preguntas eternas sólo para toparme con una pared de inconsistencias que salían de tu boca.

Con E de enigma -y mucho misterio- escribo el final de tu nombre y el final de nuestra historia en esta pequenha banquita de un parque cercano a tu casita blanca. Aprovecho que estoy más tranquilo, aprovecho la serenidad del momento y te vuelvo a extranhar, pienso que he cambiado y pienso que todo debió ser así desde un principio..


También aprovecho esa misma letra para escribir mi nombre completo -Ericito- muy alejado del tuyo..pues no sería correcto que luego de todo lo acontecido nuestros nombres permanezcan entrelazados como lo permanecieron nuestra almas anoche..

Me alejo del lugar tal cual mi nombre se aleja del tuyo, pero la sensación de que deberíamos estar juntos no se aleja de mi lado como la brisa de esta tarde que empieza a oscurecer..y a pesar de que estés en otro continente puedo sentir tus ganas peleando a muerte con tus dientes en una lucha gigante por evitar morderme..

Alice, tu nombre está disperso en todo este país que abandonaste hoy por la madrugada y ni siquiera lo sabes.

Alice, siempre suenho contigo y ni siquiera te importa..